Nirvana ganan el tercer juicio en el que se les acusaba de pornografía infantil. La acusación había sido presentada una vez más por Spencer Elden, quien fuera el bebé que aparece en la portada del millonario «Nevermind».

Elden fue fotografiado a los cuatro meses de edad para aparecer en la portada del que ha acabado siendo uno de los álbumes más populares de la historia del rock alternativo,  “Nevermind” (1991).

Posteriormente, Elden –pese a haber participado en homenajes a aquella famosa portada– ha llevado a juicio en diversas ocasiones a la banda de Seattle. Tras ser rechazada su propuesta, la ley prohíbe a Elden que reclame un cuarto juicio.

Es evidente que Elden ha luchado duro por conseguir indemnizaciones de los miembros aún vivos de Nirvana Dave Grohl y Krist Novoselic, de los herederos de Kurt Cobain, del fotógrafo Kirk Weddle y las discográficas implicadas en la publicación del álbum.

Para llevar a la banda a juicio, Elden ha argumentado que la portada le ha generado daños morales y le ha impedido llevar una vida normal al sentir que, en cierta manera, era la víctima en un caso de pornografía infantil. El juez Fernando Olguin ha resuelto el caso nuevamente en contra de Elden por diversos motivos (entre ellos que habían pasado más de diez años), argumentando también que no podía seguir denunciando al grupo indefinidamente con la intención de conseguir alguna compensación económica más que moral.

Por otro lado, Margaret Mabie, abogada de Elden, ha declarado a los medios de comunicación que: “Esa portada se creó cuando Spencer era un bebé y para él será imposible superar sus problemas emocionales mientras su imagen siga distribuyéndose en la cubierta de ese disco” y que según esa lógica “Cualquier creador de pornografía infantil puede simplemente esperar a que pase el tiempo y luego distribuir ese material abusivo con total impunidad”.

El proceso estaba tomando un camino totalmente surrealista, pero esta decisión final acaba con un juicio que se ha extendido durante muchos años y que ha llevado a Spencer Elden de participar alegremente en artículos sobre Nirvana –llegando a emular la portada en distintas etapas de su vida– a sumergirse una vez más, pero esta vez en una lucha interminable contra el grupo.